A continuación os voy a contar un caso que nos hará pensar las cosas antes de hacerlas, porque puede que después sea muy tarde, bueno ahí va...
" Erase una vez en un país muy muy lejano, vivía un pequeño hámster de cuatro meses llamado Pitufo, el cual solo existía para comer y jugar en su pequeña ruleta, pero un día por circunstancias de la vida, un extraño objeto llegó a parar a su relajante vida lleno de lujos.
Este objeto era algo nuevo y una incógnita para el pequeño hámster que solo estaba acostumbrado a lo que su grande sirvienta le entregaba. El color negro resplandeciente del objeto llamó mucho la curiosidad de Pitufo, convirtiéndolo en un gran manjar que de gustar. Finalmente sin darle muchas vueltas optó por comérselo pero inmediatamente sufrió las consecuencias de sus actos; quedó pegado en los barrotes de su lujosa casa, sin poder despegarse, por muchos intentos que hacía. Pasados 8 horas su sirvienta fue a buscarlo pero cual fue su sorpresa al encontrarse a su pequeño cuidador adherido al hierro de su jaula, bueno como ya podréis imaginar Pitufo se tragó un pequeño imán, pero gracias a la atenciones de su cuidadora sobrevivió"
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